Casa Barqueiro, la casa del buen comer

     El centro de Negreira esconde una joya de la cocina gallega, Casa Barqueiro, un lugar donde degustar el mejor chuletón de vaca de toda la comarca. Los comensales que por aquí se dejan ver alaban la exquisita preparación de los platos tanto como el esmerado y cordial servicio que se les presta. La especialidad de Casa Barqueiro son las carnes rojas, los chuletones de vaca, de buey, solomillos o entrecots pero también el pescado de la ría como el san martiño, el rodaballo o el lenguado son sus platos fuertes. El pulpo a la parrilla, el arroz con bogavante, las empanadas caseras o las almejas a la plancha son otros de sus delicatessen. A esto hay que añadirle los deliciosos postres, todos ellos caseros, el tiramisú, la tarta de queso, la delicia de aguardiente o la tarta de almendras son de los más solicitados. Llegados a este punto no nos podemos olvidar de su extensa y variada bodega, 200 referencias de caldos de toda la península tienen aquí salida, vinos catalanes, madrileños o gaditanos y los de denominación de origen como riojas, albariños, ribeiros, mencías, ribera del Duero o Valdedorras. 

     Casa Barqueiro es un paseo por la historia de Negreira, de sus paredes cuelgan imágenes que nos hablan de sus gentes, de sus paisanos, del tiempo pasado, del tiempo vivido. Una hermosa fotografía del viejo puente de Pontemaceira reina en el salón al calor de una luminosidad que cambia al gusto de cliente, convirtiendo el simple hecho de comer en todo un acontecimiento. Y si el tiempo no dá para más o preferimos picar de aquí y de allá, la parte delantera del local nos invita a disfrutar de variadas y sabrosas raciones al calor de un buen vino, Casa Barqueiro es de los pocos locales que todavía hoy siguen cortando el jamón a cuchillo.

     No olviden hacer reserva, es fácil que Casa Barqueiro cuelgue el cartel de ocupado la mayoría de los días, cierran los martes salvo en agosto que abren todos los días, bien sabe el horario el gran cocinero Juan Mari Arzak que a menudo se deja caer por estas tierras por la gran amistad que le une a Rogelio y Francisco Romarís, dos hermanos vecinos de Negreira, amantes de la buena cocina y responsables del éxito de Casa Barqueiro, su casa.