sábado, 24 de diciembre de 2011

Comercial Gran Vía, clientes de tercera generación

    
     Manuel Liñares Rey decidió un buen día dar rienda suelta a sus deseos y montar un comercio propio. Con mucho esfuerzo y trabajo funda Gran Vía. Hoy sus hijos continúan su labor y aprovechan un respiro en su ajetreado día para contarnos como viven ellos trabajar en el negocio familiar. Todos ellos coinciden en que este proyecto les quita tiempo de ocio por las horas que le dedican pero lo importante es la satisfacción del cliente. 

La pregunta obligada es: ¿cómo nace Muebles Gran Vía?
     La empresa nace como tienda de electrodomésticos, allá por el año 69 en la calle Cachurra. En un bajo de tan sólo 25 m² nuestro padre vendía televisores, cocinas, las llamadas cocinas económicas y demás aparatos del hogar. El local era tan pequeño que las cocinas apenas tenían sitio dentro y nuestro padre se fabricó una especie de carrito para trasladarlas a la acera y dejarlas expuestas los días que no llovía, una vez caía la noche volvía a guardarlas.

En comparación con el inmueble que tenéis ahora sí que se hacía pequeño ese bajo.
     Y tanto, con mucho trabajo y esfuerzo el negocio fue creciendo. Nuestro padre es un trabajador nato y nos inculcó desde pequeños que las cosas cuestan. Siempre teniendo en cuenta las necesidades de nuestros clientes,  fuimos dando pequeños pasos, años más tarde nos trasladamos a la calle Camiño Vello, y allí, además de electrodomésticos, también vendíamos material eléctrico, como cables, enchufes, bombillas. Hoy seguimos con esa tienda y hemos mejorado la oferta con productos para los más pequeños: cunas, moisés, bañeras, cochecitos, sillas … Es una apuesta por un nuevo servicio que nos estaban demandando nuestros vecinos y clientes.

Pero el negocio no se quedó ahí, hoy estamos manteniendo esta entrevista sentados en un sofá y rodeados de armarios, lámparas y otros muebles.
     Sí, las cosas han ido bien. Siempre pensando en nuestros clientes hemos dado un paso adelante. Ten en cuenta que nosotros tenemos clientes de tercera generación, es decir, los abuelos ya compraban aquí, después lo hicieron los hijos y ahora lo están haciendo los nietos. Tenemos muchos clientes que son vecinos, pero también hay otros muchos que son de Santiago y alrededores, creemos que la mejor publicidad es el boca a boca.

¿Y cuál es el secreto de su éxito?
     El secreto..., hay muchos, el principal es tener un buen producto a muy buen precio y además, la constancia, la  confianza, la sinceridad, en realidad, todos los valores que nos ha ido transmitiendo nuestro padre. Cuando entra un cliente en nuestro establecimiento siempre intentamos buscar una solución a su problema, en ocasiones, no se trata de una venta, si el cliente necesita un profesional en concreto, los ponemos en contacto. Son muchos años en este negocio, ya de pequeños trabajábamos en la tienda ayudando a nuestro padre los fines de semana y durante las vacaciones, fueron días duros porque como cualquier joven nos gustaba ir de fiesta, pero ha valido la pena. Queremos hacer una mención especial a los emigrantes que cuando venían de visita equipaban las casas de sus familiares. La emigración ha hecho mucho por nosotros, vecinos que se fueron para Argentina, Venezuela, Brasil e incluso Estados Unidos. Bueno, hay un secreto que no podemos desvelar aquí pero nuestros mejores clientes sí lo conocen, tan sólo hay que acercarse por la tienda y el tiempo y el contacto lo desvelará.

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